Los laicos son un regalo para nuestras misiones

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Klemens Amaunut de Indonesia comparte sus experiencias del trabajo misionero en colaboración con los laicos en Zambia.

Cuando el Padre Superior General Heinz Kulüke visitó Zambia el pasado Febrero 2015, una de sus observaciones destacadas fue: “La preocupación y el cuidado de los laicos son verdaderos regalos a nuestras parroquias”. El Padre General lo notó mientras visitaba nuestras diferentes parroquias y compromisos. El P. Klemens Amaunut, de Indonesia, que se considera con orgullo como parte de la tercera ola de misioneros asignados a Zambia en 1993, está de acuerdo sin lugar a dudas con las observaciones del Superior General. Ha estado trabajando en Zambia durante los últimos veinticuatro años en dos parroquias rurales.

Comunidades rurales de Zambia, tierra fértil para la misión

Cuando el Padre Klemens comenzó su misión, fue destinado a la parroquia de San José en Mukuni, la primera misión de los Misioneros del Verbo Divino en Zambia. Inicialmente era una zona de misión que se convirtió en una parroquia, a unos 20 kilómetros de Livingstone. Después de veinte años de presencia SVD, la parroquia de Mukuni fue abandonada y el Padre Klemens se mudó a Mwandi donde trabajó durante los siguientes trece años. Surgió la posibilidad de una parroquia y fue nombrada Misión Católica San Arnoldo Janssen. Con diferentes cohermanos SVD, el Padre Klemens dedicó su tiempo y talento a esta comunidad parroquial. Por un período de tres años, también levantó una capilla en Lutaba donde se instaló un centro agrícola para ayudar a los campesinos de la zona.

La antigua misión SVD en Mukuni y la Misión Católica San Arnoldo Janssen en Mwandi están situadas en las zonas rurales. Los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2015 muestran que la población de Zambia se estimó en 15.5 millones en 2015. La población se concentró principalmente en las zonas rurales en 58.2 por ciento comparado con 41.8 por ciento en áreas urbanas. El compromiso pastoral de nuestra Congregación, es decir, en las parroquias en las que trabajamos, casi todo se encuentra en las áreas urbanas, excepto San Arnoldo Janssen en Mwandi.

Las experiencias misioneras del Padre Klemens en las zonas rurales lo llevaron a experimentar la pobreza y la simplicidad de la gente. En los lugares donde trabajaba faltaban infraestructuras como centros de salud y escuelas rurales. Las personas en las zonas rurales no están formalmente educadas, la mayoría solo termina la escuela primaria. La mayoría de las personas son pobres y no pueden permitirse enviar a sus hijos a otros lugares para la educación secundaria. Según el Fondo de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), alrededor de cuatro millones de la población de más de 16 millones de habitantes de Zambia están en edad de escuela primaria. Sin embargo, más de 250.000 de ellos no van a la escuela, mientras que más del 45 por ciento de los que están matriculados en la escuela primaria no completan la educación básica.

En las zonas rurales también hay problemas sociales que afectan y destruyen a las familias. Hay casos de alcoholismo que también llevan a la violencia familiar. Debido a la falta de centros de salud, algunas enfermedades persistentes no son atendidas, y los casos de SIDA/HIV están aumentando. Los casos de malaria están creciendo, a veces resultando en muertes, todo debido a la falta de tratamiento y medicamentos. Es triste decir que, en la medida que la pobreza continúa ahogando a las familias en la desesperación, los niños sufren porque a veces sus padres no pueden llegar a un acuerdo entre sí.

Estas son muchas de las situaciones que enfrentan nuestros misioneros que trabajan en las zonas rurales de Zambia. Nuestras misiones SVD han hecho contribuciones valiosas para el desarrollo de un centro agrícola, la participación y la insistencia en la construcción de centros de salud, la construcción de internados para los estudiantes y otras iniciativas más pequeñas. Pero más allá de todas estas iniciativas, lo que cuenta, según el Padre Klemens, es que estamos con la gente, conocemos sus realidades y les damos poder mientras caminamos con ellos en sus luchas cotidianas. Esta misión está madura para los Misioneros del Verbo Divino.

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Compartimos muestra misión con los laicos
Después de veintitrés años involucrándose con la gente de las zonas rurales hay una cosa por la que el Padre Klemens está agradecido, y él lo considera su mayor bendición: los laicos. “Es difícil concebir mi compromiso misionero sin la presencia de los laicos”, dice el Padre Klemens. Esas palabras describen la contribución significativa de los laicos en la parroquia y todas sus actividades. Humildemente Padre Klemens reconoce cómo los laicos le han enseñado y mostrado el camino correcto a seguir. Recuerda a un maestro jubilado, a un laico y a otras innumerables personalidades que para él son los verdaderos misioneros.
Los proyectos y las iniciativas se han llevado a cabo debido a un esfuerzo en conjunto con los laicos. El Padre Klemens trata a los laicos como colaboradores y compañeros de camino. Él cree que la mayor contribución de los Misioneros del Verbo Divino en Zambia es su participación ejemplar con los laicos. “Somos sencillos en general, nos interesa estar con la gente y queremos conocer sus realidades y estas son cualidades que nos ayudan en nuestras relaciones naturales no forzadas y compromisos con ellos”, agregó el Padre Klemens. A menudo oímos cómo los laicos aprecian nuestra presencia, y una razón principal es que compartimos auténticamente nuestras vidas con ellos.